martes, 27 de diciembre de 2011

O MAR










A quietude medra
no corpo
das fotografías

O mar
a 1000 horas
de distancia

As fiestras do sol
mirando
na auga
mirando

domingo, 25 de diciembre de 2011

BIZANCIO

Nuestro amor es como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche. Tuvo que haber habido
me imagino
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo hacia atrás
y me miras.

Me imagino que no hablarían
mucho y solo de cosas
bastante indiferentes,
que tratarían de hablar 
y se detuvieron
sin haber llegado a decir
lo que querían
y lo intentaron de nuevo
y lo volvieron a dejar 
y se miraron mutuamente
y bajaron la mirada.

Los iconos muy antiguos, por ejemplo
tienen el mismo resplandor
que el flamígero fulgor de una ciudad en llamas
o el brillo que la muerte inminente
deja en las fotografías de los muertos prematuros
en el recuerdo de los supervivientes.

Cuando me vuelvo hacia ti
en la cama, tengo la sensación
de entrar en una iglesia
que fue quemada
hace mucho tiempo
y donde solo ha quedado
la oscuridad en los ojos de los iconos
plenos de las llamas que los aniquilaron.


poema de Henrik Nordbrandt & Serigrafía de Lorenzo Mattoti




miércoles, 14 de diciembre de 2011

LA BESTIA-FLOR

















El presentimiento de la vida vive hasta la muerte.
Un fuego helado recorrerá los huesos abrasándolos,
cuando en el día de San Pedro la cristalina llovizna
se infiltre en el viraje del verano.
Están a punto de brotar las flores rojizas,
en las costillas, cerca de la clavículas, en la cabeza,
escribirán en el herbal elena arborea,
se encuentra en la Hyperborea helada,
en los jardines de ladrillo, en la hierba de piedra.
De los ojos surgieron oscuros claveles,
yo soy a la vez arbusto de rosas y de nomeolvides,
como si un jardinero salvaje me hubiera injertado,
una grave lepra floreada.
Yo seré violeta y roja,
purpúrea, amarilla, negra, dorada,
yo seré en la nube zumbante y amenazadora
brevadero de los abejorros.
Cuando yo me marchite, oh dios mío,
quedará como una bola mordida
enfriada y con la piel quebrada,
ya seca, una bestia flor media muerta.


traducida por Ana Domenech para La hora de Rusia (Visor, 2011),
ilustración de Gabriela Giandelli